viernes, 21 de abril de 2017

ARRIESGAR PARA GANAR.

   

 Mark Zuckerberg el brillante programador y creador de la red social Facebook dijo en una ocasión que el mayor riesgo es no tomar ningún riesgo. En un mundo que cambia realmente rápido, la única estrategia que tiene garantizado fracasar es no tomar riesgos.”

                ARRIESGAR PARA GANAR.

    No me extrañaría nada que fuese una de las muchas razones de peso por las que Jorge Lorenzo, acostumbrado a motivarse a base de nuevos retos, decidiera dar el difícil paso de fichar por la marca italiana. Un inesperado y precoz anuncio del que se cumple exactamente ahora un año. Ya sé que para mucha mente delirante y codiciosa su único motivo ha sido la esplendida cifra que se va a embolsar durante estos dos años de contrato –en principio 12 millones de Euros por temporada-. Por supuesto que no están los tiempos para despreciar una cantidad así, pero opino que un piloto de su talla y con la calidad que acapara el balear, seguro que su motivo es hacerse más grande y dejar su historia esculpida en mármol.

   El bajo rendimiento mostrado en este comienzo de temporada choca con las esperanzas depositadas y hace que se mire todo bajo una rigurosa lupa, y no se le dé el tiempo necesario que un cambio de estas características requiere. Incluso a los políticos que suelen acceder por primera vez a un gobierno se les concede el beneficio de los cien primeros días para que se les pueda 'atizar'. Hasta ese momento existe una regla no escrita por la cual se les dispensa un tiempo prudencial para poder empezar su proyecto con tranquilidad. ¿Acaso a Bautista, los Espargaró, Smith o incluso Iannone se les van a exigir resultados inmediatos? ¿Son menos importantes sus fichajes para sus respectivos equipos aunque la cifra económica sea de menor calado… ? Pues no lo creo. Sin embargo les proporcionarán el tiempo de adaptación necesario para que puedan desarrollarse y generar con ello un clima de tranquilidad para que los resultados puedan llegar con más facilidad. Y eso es precisamente lo que a Jorge no se le está concediendo. Y no me refiero a la gente de su equipo o a la misma fábrica -salvo que demos credibilidad a ciertas publicaciones-, sino a cierto sector de la prensa o a seguidores de este deporte en las RR.SS.; desde luego que las dos primeras citas mundialistas tampoco han ayudado a brindarle esa oportunidad.  

   Nunca ha sido mi piloto referencia. Ni siquiera me ha llamado la atención el impecable estilo “tiralíneas” de su pilotaje; en este sentido soy más del caótico y agresivo de otros, sin desmerecer para nada el suyo. Por supuesto me rechinaba en sus comienzos esa prepotencia y desmesurado afán por copiar las celebraciones de otro piloto que viste de amarillo. Pero he de confesar que estos últimos años me ha ganado como seguidor, aunque siga pensando que con Márquez llegó el cambio a Moto G.P. y continúe siendo mi piloto estrella. Pero como tengo esa manía de apostar por las empresas difíciles, confieso que la primera carrera de Catar confiaba que Lorenzo podría llegar a hacer podio… Incluso, porqué no, hasta ganar. 

   Que yo pensara tal barbaridad, después de lo que ha sufrido en pretemporada con una Ducati tan poco adaptada a su estilo y con esos cambios obligatorios en la aerodinámica con los que la marca ha tenido que bregar, no habría sido ninguna locura, ya que todos saben de lo que ha sido capaz este piloto en los momentos más difíciles. No fue para nada el escenario esperado; la lluvia y el caos organizativo dilapidó cualquier esperanza de lograr un resultado digno en un circuito donde Jorge se encuentra muy a gusto. Ni siquiera tuvo la posibilidad de poder enmendar en la QP1 el asalto a posiciones de cabeza en parrilla.



   Para colmo la cita Argentina no cambió mucho el paisaje del húmedo desierto nocturno catarí. Un fin de semana para olvidar que queda resumido en esa imagen de la caída en la primera curva, cuando Jorge choca con la rueda trasera de la moto de Iannone y se va al suelo. 

   Finalizado el G.P., la televisión vuelve a repetir esa caída con el audio abierto y, hablando a su Ducati, muestra la rabia y desesperación de un piloto con la adrenalina a tope,  que solo le pide a la diosa fortuna una oportunidad para demostrar que puede hacerlo mejor con esta moto… “¡¡No puede ser tío… no puede seeeerrr!!” El coraje  demostrado hace pensar que Lorenzo tiene posibilidades a poco que se lo permita el destino y no me extrañaría nada que podamos verle en alguna carrera dando su famoso salto desde lo alto del podio

   No será una tarea sencilla, pero para ganar hay que arriesgar. 
   
   ¡Mucha suerte Jorge!

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   Miguel A. Eguía.
   @eguíaonroad