martes, 27 de junio de 2017

PROBADOR POR UN DIA.

               HONDA AFRICA TWIN Y X-ADV.
       
   Desde que llegara la reedición del mítico modelo África Twin de Honda, siempre me ha asaltado ese punto de curiosidad por comprobar cómo sería su manejo, tanto en carretera abierta como en campo. Sobre todo para saber cuánto hay de realidad en esa imagen de moto ágil, dinámica y polivalente que proyecta a simple vista.

   Esa oportunidad me ha llegado este fin de semana a modo de evento que la revista Motociclismo organizaba en las proximidades de El Escorial (Madrid), donde se ofrecía la oportunidad de probar los modelos África Twin y X-ADV a todo aquel que rellenase su solicitud en el enlace WWW.AVENTURAHONDA.ES Una solicitud que envié con muy poca fe -todo hay que decirlo-, pero donde creo que tuvo mucho que ver en la elección el ser usuario de una maxitrail como la GS 1200 de BMW, ya que muchos de los presentes en esta primera convocatoria de las nueve de la mañana daban este perfil.

   Sea como fuere, agradecido y afortunado, me dirijo a la finca El Campillo en las proximidades de la localidad de San Lorenzo de El Escorial. Nos toca abrir la primera jornada de pruebas de las dos que ha preparado la revista. Después de acreditarnos debidamente y de tomar un café en la terraza del complejo es momento de deleitarse viendo las doce motos preparadas para la ocasión –dos para los monitores-; los diez afortunados pasamos a una estancia donde nos espera el briefing a cargo del director de la revista Sergio Romero el cual, Power Point en mano, nos comenta el gran paso tecnológico que la marca Honda ha dado en el mundo de la motocicleta de serie y sus éxitos en competición -es natural el patrocinador manda-, para pasar a darnos unas pequeñas pinceladas sobre las características técnicas y una explicación rápida de cómo funciona el maravilloso DCT de los modelos que hoy vamos a tener la oportunidad de probar. Sin dejar de lado los consejos prácticos para hacer una rodada en grupo segura y un repaso del recorrido mixto 'off-on' que vamos a realizar.

               “VAMOS A POR LAS MOTOS… “

   Con esta frase termina Sergio Romero y, ya sin dilación, nos dirigimos a elegir la moto con la que comenzaremos la ruta para pasar a hacer el cambio de montura a mitad del recorrido. Sin dudarlo me lanzo a por la África, que la primera fase del recorrido comienza por el campo y no quiero perder ni un minuto en saber cómo se desenvuelve por lo sucio. Nada mas montarme en parado compruebo el primer gran cambio de la Twin en relación a mi voluminosa BMW de pucheros opuestos: su estrechez de conjunto y puesto de mando próximo; esto promete. Al tiempo me doy cuenta del siguiente ‘cambio’… ¡joder que no tiene! ¡No hay palanca! Me he cogido una con DCT y la quería manual para no liarme. Aprovechando que viene uno de los monitores a fijarme el retrovisor derecho que flojea, me da una clase express de cómo utilizar este maravilloso cambio automático de doble embrague. Piña derecha, botón de marcha engranada y modo S si queremos secuencial (los mandos en piña izquierda) y D si lo queremos directo. Aunque también se puede interactuar en éste a demanda si queremos cambiar la marcha antes de que lo haga en modo automático. Algo parecido al cambio pilotado de los Citroën si alguien ha llevado alguno (nada que ver con éstos desde luego). Del control de tracción con tres niveles, me da un simple consejo. “Si notas que el modo tres es demasiado intrusivo lo pasas al uno que actúa lo justo, pero te dejará disfrutar”.

   Arrancamos motores y engranamos la primera... ¡a botón!; qué raro se me hace no coger embrague… Las África son las encargadas de abrir pista y me posiciono a un solo participante del monitor. Vamos dejando lentamente la zona ajardinada del complejo, hasta que comenzamos a tomar un camino de tierra caliza y seco bordeado por muros de piedra y cercados. ¡Leche… ! El monitor comienza a tirar como un poseído seguido muy de cerca por el primer participante –se ve que tiene dotes endureras; más tarde me lo confirma-. La espesa nube blanca choca con los muros y los sobrepasa creando una cortina espesa y dejando la pista con poca visibilidad. 
   ¡¡Qué coj**** aquí hay que tirar… !! 
   Comienzo a abrir gas, pero el nivel tres del control no me deja avanzar a poco que la rueda trasera pierde tracción. Lo bajo al uno y comienza la diversión. Me coloco de pie en las estriberas y, aunque el manillar se encuentra algo bajo para mi gusto, me adapto enseguida por la seguridad que transmite la moto en esta posición. Comienzo a acelerar y oigo como el DCT engrana una marcha tras otra sin apenas transición ni vacio entre ellas; me da la sensación de llevar con ella más tiempo por lo fácil que me he adaptado. Llega la hora de frenar y oigo como el sistema va reduciendo marchas a la vez que lo muestra en su display. Oye, pues va a ser que me gusta el invento.

   El monitor se detiene para abrir uno de los cercados que da acceso a una zona de prados rodeado de ganado y de nuevo a darle gas. Intento coger todas las sensaciones lo más rápido posible y hacer una comparación con respecto a mi moto. La ligereza, su rueda de 21” e incluso las suspensiones te permiten rodar con una confianza inusitada por este medio. Para mí es el conjunto perfecto para poder pisar tierra y el telelever de mi gorda nunca me ha gustado. Es demasiado seco, poco progresivo y apenas transmite información del tren delantero.

   Como si no nos acabaran de presentar, gano en confianza a cada toque de acelerador. Desde luego el control de tracción tiene mucha culpa de ello y comienzo a jugar a golpe de gas enlazando dos tramos de izquierda a derecha. Es un gustazo comprobar cómo desliza su rueda trasera sin traicionar mi exceso de confianza; me acabo de enamorar y cometer una infidelidad a la vez.

   Vamos finiquitando lo sucio para mi desgracia y llega la zona asfaltada –qué poco dura lo bueno-. Uno de los participantes ha pinchado la rueda delantera de una de las África y el monitor que abría ruta le cede la suya y marcha raudo al punto de partida que no queda lejos para coger una NC750X que tienen como unidad cedida. El cambio de montura no ha hecho que el ritmo baje en carretera abierta. Deben tener el tiempo justo y saliendo a la M-600 dirección San Lorenzo, vuelve a tirar como alma que lleva el diablo. En mi intento para no perder la cabeza, puedo comprobar cómo abriendo gas con normalidad el dispositivo electrónico, que lleva una marcha larga para economizar, hace que el motor se muestre perezoso, pero al abrir el ‘grifo’ electrónico a tope noto como reduce marcha y comienza a subir de vueltas su corazón con una alegría fuera de lo común. También juego con el selector secuencial de la piña izquierda que va de maravilla. Nos acercamos al casco urbano y el calor que el twin desprende en las partes bajas se deja sentir y vamos con la fresca. Claro, acostumbrado a achicharrarme las tabas con la BMW…  

   Se acerca el punto donde debemos hacer el cambio y, hasta llegar a él, hemos transitado por una zona de curvas rápidas y la África se ha mostrado de lo mas estable, sin producir los típicos culebreos que cualquier moto equipada con rueda de 21” haría a altas velocidades. Es una vela con viento a favor y no parece tener apenas zonas oscuras que criticar.

                      A POR EL X-ADV…

   Ahora toca probar la gran apuesta de honda en el sector de los maxiscooter. Volvemos a abrir ruta, pero ahora con el segundo monitor, el cual se muestra algo más tranquilo en la conducción. Me posiciono tras él y comienzo a cogerle el punto al X-ADV, que si obviamos su posición modo banqueta típico en los scooters, te da toda la sensación de estar llevando una moto. Como pensaba, la idea de equipar un manillar de 28” pulgadas y geometría variable, al estilo de las enduro-trail, le da ese control necesario a la hora de hacer palanca en los giros, lo que te permite un mayor confort a la hora de abordar zonas entrelazadas. Sus suspensiones unidas al chasis tubular que equipan otros modelos de la marca, se comporta a las mil maravillas, con un amortiguador muy progresivo gracias a las bieletas de anclaje al basculante y una horquilla invertida con un recorrido y tacto suficiente para ofrecer una estabilidad más que decente. Incluso para abordar los incómodos resaltos y lomos reductores de velocidad que nos encontramos en las calzadas del casco urbano, siempre incomodos en scooters con motor portante en su parte trasera; no hay que olvidar que el X-ADV equipa basculante y el motor adelantado como en cualquier moto al uso, lo que hace un centrado de masas mucho , mas optimo. 

   Y lo más importante: para llegar a ser un scooter con alma motera, no hay que olvidar que además de contar con su motor bicilíndrico de 54 cv, éste no recurre al torpe variador por correa por el cual se genera tracción a la rueda trasera, ya que se encarga el mismo DCT de la África Twin y su transmisión por cadena, ofreciendo una arrancada muy directa a golpe de acelerador que enamora.

   Para acabar de convencerme de que este scooter se sale fuera de lo establecido en este segmento, basta solo salir del negro asfalto y meternos en terreno movedizo para darnos cuenta que Honda no quiere vendernos la moto (¡¡si @booomdavi !!). Este aparato se mueve por pistas con mucha dignidad. Y no es un camelo. Lo descrito hasta aquí en su parte ciclo, está de sobra concebido para hacernos pasar una ruta divertida pisteando. Si intentas salir a mangueta desde parado, notaras como su tren trasero no para de deslizar hasta que no vuelves a cortar el gas y las suspensiones dibujan el terreno de maravilla. Los ingenieros que han creado el invento aseguran, que excepto dar saltos, podrás hacer cualquier cosa con este bicho. Y me lo creo.

   Ya se divisa el punto de partida y los participantes convocados en la segunda fase del evento se encuentran preparados para hacernos el relevo. Últimas impresiones y anécdotas del recorrido; debate en el ruedo con el director de Motociclismo aclarando dudas y respondiendo por todo lo que se le pregunta; despedida y agradecimiento… botón de arranque, maneta de embrague, engrano primera y…

                            EPÍLOGO.

   Recapitulando que es gerundio… Finalmente me quedo con buen sabor de boca y, aunque se me ha hecho corto, me he sentido como probador de revista por un día… digo me he sentido, porque serlo es otra historia y lo que aquí relato no es más que un batiburrillo de sensaciones que intento plasmar con mayor o menor acierto. De la África Twin me quedo con esa facilidad de manejo que ofrece nada más subirte a ella y del buen funcionamiento que ofrece su DCT, aunque como he leído en alguna prueba, en condiciones off-road extremas sobre todo en barro no acaba de gustar. Si es cierto que te hace la vida más fácil, pero no sería un extra que hiciera decidir una posible compra. Me quedo con lo tradicional.

   El X-ADV se muestra como una gran alternativa para los que buscan un maxiscooter y algo más. Cierto que el precio no es muy popular, pero tampoco es menos cierto que en relación a su competencia, se encontraría a la par en precio con el C 650 Sport de BMW y 1000 € por debajo del superventas T Max de Yamaha. Es evidente que tiene una línea atrevida y rompedora que igual no acaba de convencer a gustos algo más refinados, pero seguro que terminarán cayendo rendidos ante su mejor carta de presentación: su ADN moto que lo hacen ágil y divertido.   

    

   Miguel A. Eguía.
   @eguiaonroad.