viernes, 8 de febrero de 2019

ALEX MARQUEZ: LA SOMBRA DE UNA DUDA.

   “Comencé a ir en moto de pequeño, siempre viendo y siguiendo todo lo que hacía mi hermano. En un principio mi idea no era ser piloto, solo quería ir a los circuitos a ver las motos y acompañar a mi familia y, si podía, ser en un futuro el mecánico de Marc. Pero poco a poco la moto me fue cautivando… “


   Si has visitado en alguna ocasión la página oficial de Alex Márquez, habrás tenido la oportunidad de leer estas líneas que ilustran de manera clara el carácter de un gran piloto que crece a la sombra del que, probablemente, está llamado a batir todos los records en el Campeonato del Mundo de Motociclismo, y que en la actualidad es referencia en la categoría de Moto GP: su hermano Marc. 

   No debe ser nada fácil vivir, o más bien convivir, con esa presión incorporada de serie a tu carrera profesional, y a la vez sentir ese orgullo consanguíneo del que Alex siempre hace gala; la presión por supuesto siempre del lado más mediático. Dos recorridos con grandes diferencias, pero que si no fueran propensos al examen del aficionado o del informador del medio, no dejaría de considerarse una trayectoria cuanto menos admirable de su paso por el Campeonato del Mundo de Motociclismo. Alex merece por derecho, ser el campeón que es por méritos propios. En su haber cuenta con un título de Campeón del Mundo de Moto 3 y un bagaje que hasta la fecha no resulta nada desdeñable.

   Su paso obligado por las copas de promoción, donde llegó a cosechar algún que otro campeonato y subcampeonato, le llevó a recalar de lleno en el Campeonato de España de Velocidad en 2010, donde dos años más tarde se haría con la corona en la categoría de Moto 3. Un campeonato del que se jacta en recordar a su hermano, y siempre en tono jocoso, que es uno de los pocos títulos que le faltan en sus vitrinas al pluricampeón. Esa misma temporada compaginó varios wildcard en el mundial de Moto 3, con algunos resultados más que aceptables, consiguiendo puntuar en siete de sus once participaciones (27 puntos), e incluyendo una soberbia sexta posición en el G.P. de Cataluña. A estas alturas comenzaba a despegar la meteórica carrera de su hermano Marc en el Mundial de Moto GP, que ya contaba en su haber con dos campeonatos y un subcampeonato entre Moto 3 y Moto 2, y con La presencia de una categoría reina que ya se encontraba llamando a su puerta.

   2013 sería el año en el que Alex completaría su participación como piloto de pleno derecho en un mundial, llegando a conseguir cuatro pódiums y una victoria, y con una cuarta posición final que fue la que le valió para conseguir el trofeo de mejor rookie del año. Con este panorama tan prometedor comienza Alex un 2014 de ensueño que le llevará a batirse con pilotos de la talla de Efrén Vázquez, su propio compañero Alex Rins, un talentoso novato llamado Romano Fenati o el australiano Jack Miller, con el que comenzaría a jugarse el número uno a partir del G.P. de Alemania, y siendo determinante la carrera en Motorland Aragón como origen del mismo, donde ya no habría de abandonar esa primera posición hasta el final de la citada contienda. De esta forma finaliza una temporada que quedaría como un hito en los libros de estadística para los Márquez, al convertirse en los primeros hermanos que logran ser campeones del mundo en la misma temporada y modalidad deportiva. Es a partir de este momento donde Alex comienza su andadura en una categoría que para mí es una de las más difíciles para poder destacar, pero si te hace crecer, ya que en ella confluyen muchos pilotos con gran talento. No es otra que la de Moto 2.

   Una categoría difícil en la que cohabitan campeones del mundo, ganadores de grandes premios con mucha experiencia, o novatos irreverentes recién ascendidos de Moto 3 con ganas de demostrar su valía. De ello se hace eco la gran igualdad con la que cuenta esta clase media, donde en cada entrenamiento o calificación, vemos la friolera de hasta 20 pilotos en el mismo segundo. Una igualdad que luego no se ve refrendada en carrera, o al menos en los puestos de cabeza donde siempre los pilotos de grandes equipos marcan esa diferencia con el resto de la parrilla. Para ello Dorna ha querido dar una vuelta de tuerca este 2019 con la inclusión de nuevos motores Triumph de 765 c.c. y, de este modo, atraer de nuevo esa igualdad perdida en carrera que todo buen aficionado deseamos.

   Es posible que Alex no imaginara cuan le iba a costar hacerse merecedor del cetro mundial en la clase media. Y es que, desde su irrupción en 2015, no ha dejado de trabajar y esforzarse por volver a la senda triunfalista. Sus dos primeros años en la categoría fueron difíciles y asumió con resignación su rol de escudero de Morbidelli, quién llegaría a alzarse con su primer mundial en 2017 después de todo un lustro en esta delicada categoría.

   La de 2017 también fue una temporada de esperanza para Alex, y al igual que su compañero del Mark VDS, todo hacía presagiar al inicio de la contienda que formaría parte en la lista de elegidos para optar al triunfo final. Pero cuatro sesiones sin puntuar son un lastre demasiado pesado, y eso compromete la regularidad necesaria para arrebatarle el título al italiano, quién siempre tuvo como rival más directo al suizo Luthi -casi desde el comienzo-, y a un Miguel Oliveira que consiguió materializar un final de temporada impecable. Su cuarta plaza final y el ascenso a la categoría reina de Morbidelli para el año siguiente, colocarían a Alex en inmejorable posición para poder demostrar al fin sus posibilidades reales para ser Campeón del Mundo de la categoría de Moto 2.

   Aunque una cosa es la teoría o la fría estadística, y otra bien distinta ratificar cualquier expectativa por evidente que esta resulte. Es cierto que logró repetir posición final con respecto a 2017 (4º), consiguiendo el mismo número de pódiums (6 pese a no obtener victorias), pero se antoja un bagaje insuficiente para las posibilidades reales en las que el propio Alex seguro confiaba; dato esclarecedor de esa deriva son sin duda las cinco carreras sin puntuar que evidenciaron una temporada desastrosa para sus intereses, y que delataba una falta de concentración clara, bajo mi punto de vista, por un exceso de presión y nerviosismo mal gestionado en momentos clave en algunas de las carreras.

   El pequeño de los Márquez tiene la preparación y veteranía suficientes para optar un año más a la candidatura de favorito en la categoría de Moto 2. Goza de gran talento, pero necesita desprenderse de esa presión extra que supone crecer a la sombra de su hermano Marc y no dudar de su potencial como piloto ganador. A buen seguro que no se lo pondrán nada fácil los Binder, Martín, Marini, Baldassarri, Lekuona,… o su propio compañero de box Xavi Vierge, pero yo confío en que este 2019 sea por fin su año.

   Sirvan estas lineas como signo de admiración hacia este gran piloto trabajador y agresivo en su pilotaje como pocos... Estoy seguro que tendrá un hueco de honor en la difícil categoría de Moto GP. 


   


   ¡Ánimo Alex y a por el segundo!           




Miguel Ángel Eguía.
@eguiaonroad


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