Traigo una historia de carreras. De como un grupo de amiguetes un día decidieron prepararse un ciclomotor para correr en las pruebas de ciclomotores automáticos que por los años '90 se celebraban en el circuito de los Santos de la Humosa de Madrid. Eran carreras para no federados, por lo que el nivel de los presentes no iba mas allá de compartir una mañana oliendo a ricino en buena compañía y disfrutando del ambiente de las carreras sin grandes presupuestos que arruinaran los bolsillos de humildes y jóvenes asalariados. Imagino que las normas y especificaciones dentro de este campeonato se limitaban a tres o cuatro reglas básicas; el caso es que no recuerdo el reglamento fundamental de la competición pero, lo mas importante, que el motor fuese automático y que no cubicase mas de 65 c.c.
Es entonces cuando deciden preparar un ciclomotor que fuese totalmente distinto al 100% del resto de la parrilla en aquel momento. Algo que no se limitase a ser un Vespino o una Derbi Variant. Y es en ese instante que deciden ponerse manos a la obra y, después de visitar varios desguaces y hacerse con un chasis de Derbi FDX 50 y un motor de Variant, dejaron volar su imaginación y comenzar con el prototipo.
Es entonces cuando deciden preparar un ciclomotor que fuese totalmente distinto al 100% del resto de la parrilla en aquel momento. Algo que no se limitase a ser un Vespino o una Derbi Variant. Y es en ese instante que deciden ponerse manos a la obra y, después de visitar varios desguaces y hacerse con un chasis de Derbi FDX 50 y un motor de Variant, dejaron volar su imaginación y comenzar con el prototipo.
Con mas ilusión que medios, improvisan el taller en un antiguo local usado como trastero por el hermano de uno de sus integrantes. Lo primero y mas urgente, intentar alojar ese motor portante de Variant en el chasis de la FDX. La doble cuna del cuadro que, en principio impide ese alojamiento al molestar el cilindro del propio motor, desaparece para dar forma a un triangulo doble partiendo de la pipa de la dirección. Esta reforma, a parte de servir de nuevo refuerzo, abrazará el motor en su parte superior. Entonces se decide también cortar algo el subchasis para poder instalar mas adelante un colín monoposto que acorte el conjunto. Aunque en sus comienzos y debido a las ganas por ponerla rapidamente en competición, se limitaran a colocar un asiento de FDS que se pegaba mas de tortas con su estética que Chuck Norris en una peli de chinos. El resto de componentes que formaban la parte ciclo de la negra FDX de serie se montaron sin mas. Si acaso algun reglaje mejorado en los muelles de la horquilla y su aceite, pero poco mas. Es lo que había, que ya era bastante; lo mas importante, la ilusión.
Vista de uno de los escapes que EDR desarrollaba para la Derbi.
En el motor poco mas que decir salvo el montaje de un cilindro Metrakit de 65 c.c. con un variador aligerado y su admisión y escape modificados. Es en este último apartado (el escape) donde contaron con la ayuda directa de uno de los mejores fabricantes de escapes de la época (otrora piloto offroad de gran nivel en los nacionales e ISDE de enduro) Enrique del Rey. Aprovechando la amistad con uno de los integrantes del equipo y la cercanía de las instalaciones donde fabricaba sus escapes y accesorios aligerados para bicicletas, EDR se convirtió así en el único patrocinador y elemento "Pata negra" con el que contaban en ese invento.
El chiquitín en plena trazada.
Asi nace el equipo DMR competición. Comenzando en las carreras con mas pasión que medios, poco a poco se les ve aparecer con mas asiduidad en la cabeza de la parrilla y en las cerreras que componían cada manga los fines de semana. El piloto encargado de hacer volar este invento era mi amigo Samu. Y no le eligieron precisamente por ser el mas ligero (un bigardo de mas de 1'80 y casi 100 kg de gimnasio) y aerodinamico, que por otra parte hubiese sido lo mas lógico para no penalizar la precaria potencia de un ciclomotor, sino por las buenas maneras que tenía su pilotaje para hacerla evolucionar en cada curva del ratonero Karting de Los Santos. Tanto fué asi, que el estilo de pilotar de la mayoría de pilotos era en modo offroad. Es decir, lo que hoy en día vemos en los pilotos de supermotard, tirando la moto en dirección de la curva y apoyando el pié en el asfalto con el cuerpo erguido. Pero Samu creía poder llevar mucho mas rápido su montura adoptando un pilotaje mas del estilo GP. Como diría hoy en día el gran Jordi Torres un "Knee ground"(rodilla al suelo). Cuando le vieron a las primeras de cambio algunos pilotos evolucionar dentro de la pista, le aconsejaron que cambiara ese estilo, ya que en un circuito tan ratonero y lento de poca velocidad de paso por curva, no tenían sentido tales filigranas. Con el tiempo y, debido a las frecuentes visitas en la cabeza de carrera de la "Bala Roja" comandada por mi amigo Samu, se tuvieron que rendir ante la evidencia y darse cuenta que estaban equivocados. El conjunto funcionaba. Su motor aceleraba como un diablo en cada salida de una curva y, su chasis tubular, Heredado de aquella negra FDX, asi como el buen hacer a los mandos del amigo Samu, se convirtieron por derecho propio en el mejor tandem cada fin de semana de carreras y en la referencia del Karting. Una autentica BALA ROJA...
Asi es como quedaría finalmente la Bala Roja de Los Santos.
Miguel A. Eguía.