Hace años y con motivo de mis vacaciones de
verano en un pueblecito de la sierra de Madrid, lugar donde tuve la suerte de
venir a este mundo por su gran atractivo natural, me encontré con la oportunidad
de asistir a una charla sobre la astronomía y los conocimientos que el hombre
tiene acerca del universo, continuando posteriormente con una exposición nocturna
de la materia a cielo abierto que fue de lo mas ilustrativo. No recuerdo al
ponente, pero creo que se trataba de un profesor acreditadísimo y con algún
cargo en el planetario de Madrid.
Lo cierto es que resultó bastante
interesante, ya que es un tema al que pocas veces prestamos atención (por lo
menos en mi caso) y en el que no nos paramos a reflexionar. Notaba como según
iban pasando los minutos en aquella sala, mi interés sobre este asunto iba en
aumento. Pero el nivel de atractivo sobre la cuestión, también incrementaba al
mismo tiempo que mi sorpresa, al admitir este señor, que la parte conocida del
universo es ínfima y que no se puede medir en tanto por ciento al no saberse cuál
es el 100% de su conocimiento general, cuestión por otra parte obvia. Entonces
él puso un ejemplo bastante gráfico sobre los medios con los que un astrónomo
cuenta para explorar esa masa ingente y oscura; “imaginaros que ahora mismo estáis en esta habitación y no podéis salir
de ella. Pero para saber lo que hay fuera, en sus alrededores o mas allá,
contáis solo con ese ventanuco”, señalando un pequeño ventanal de la estancia
por donde se divisaba el precioso paisaje serrano. “Podemos ver que hay un monte; que adivinamos una cordillera a lo
lejos, y que más al fondo interpretamos que pueda existir otra cadena de
montañas… ese ventanuco es la visión que tiene un astrónomo al usar un
telescopio… de ahí la importancia de hacer viajar otros dispositivos a través
del universo… ”
Hace poco en una red social, opinando sobre
los diferentes blogs que narran lo acontecido los fines de semana en cada
carrera de Moto GP, tema al que estamos enganchados -entre los que me
incluyo-, un experto conocedor de este medio, avezado participante en todo lo
referente a las dos ruedas y amigo de debates interminables, reconocía que no
solía leerlos mucho porque al final no eran más que meros resúmenes de las carreras
que había visto el anterior fin de semana, por lo que poco o nada podían
aportar informatívamente hablando, salvo que te hubieses perdido dicha carrera.
Es cierto que lo que modestamente pueda añadir cualquier aficionado que busca
un entretenimiento frente a las teclas de un ordenador acerca de una carrera es
meramente testimonial, y no pasa de ser una opinión objetiva del evento como
simple espectador. No pude más que darle la razón porque, el que ésto escribe,
también reconoce que no pasa de ser una columna de opinión sobre lo que has
visto o pienses. Y es que al fin y al cabo no deja de ser un ‘cognazo del quince’
para muchos; siempre es de agradecer que te lean, pero que encima guste lo que
escribes, y además se haga un comentario positivo al respecto, ya es la pera.
Inmediatamente me vino a la cabeza aquella interpretación que este
astrónomo dio acerca de sus limitaciones para investigar el universo, y que me
ha servido como entradilla -y ladrillo- al comienzo. No deja de ser un ejemplo semejante
y describe a la perfección la forma en que un aficionado obtiene
la información de cada carrera, que no es otra que limitarse a lo que le puedan
ofrecer desde la ventana de su salón: la televisión, los comentarios que allí
se desprenden; las revistas especializadas… si me apuras, acudir a animar desde
una grada alguna vez; son los únicos
medios con los que cuentas para mostrar un juicio de valor concreto. Y es que
solo estando a pie de pista como un profesional del medio, y siendo
profesional, puedes obtener la suficiente información como para poder hacer una
valoración mas exhaustiva y ofrecer al lector un testimonio lo suficientemente
actual como para que resulte original e interesante; solo reproducimos lo que leemos o vemos por ese ventanuco.
Y desde mi condicionada ventana lo que he
podido otear este fin de semana en el GP de Francia en Le Mans, ha sido que a estas
alturas de campeonato, y después de su quinta carrera, los ‘astros’ de la
categoría reina brillan de manera dispar y atropellada, -mas o menos como esta
columna de opinión-, donde asumen con meridiana claridad, que lo de saber nadar
y guardar la ropa no es simplemente una frase hecha. Que los comodines se
venden caros, y el primero ya se ha utilizado; todos los pilotos de Moto GP, al
menos los que cuentan para el entorchado final, ya se han caído en una ocasión
en carrera. Y es que los recién llegados Michelín están levantando tantos
dolores de cabeza a los técnicos, como tumbando a pilotos en pista. Yo siempre
he sido de los que pensaban que hay que dar tiempo a las cosas y, que tarde o
temprano, la marca gala volverá por los derroteros donde ya caminara antes de abandonar
los Grandes Premios, pero es que a estas alturas de la película, este camino se
está mostrando un tanto tortuoso y áspero.
‘Tyregate’ aparte, queda claro que no va a
ser una temporada fácil para los pilotos Honda, entre los que se encuentran los
oficiales. La falta de aceleración tan notoria y evidente, sin poder remediar
su desarrollo en lo que queda de temporada por unos motores ya congelados, y
que a vista de pájaro, se podía comprobar como la moto de Marquez, frente a la
Yamaha de Lorenzo y la Ducati de Dovicioso, era cuanto menos escandalosa y
podía apreciarse perfectamente como el bravo piloto del Repsol Honda Team se la
jugaba en cada frenada, conocedor tal vez, que estos
neumáticos para carrera nada tienen que ver con las sensaciones que transmiten los
de clasificación. Viendo esas imágenes no era raro imaginar que a Marc,
parafraseando al maestro Valentín Requena, “se
le amontonasen los ‘yerros’ a la entrada de la curva” y acabase cayendo solo
unas décimas antes que Andrea Dovicioso, casi al unísono; “nos caemos para a
prender a levantarnos… y si cogemos algún puntito, de paso, mejor… “ Debió
pensar el valiente piloto catalán, que conociendo el panorama este año al
cierre de cada carrera, muy mal se tenía que dar la cosita para no anotarse
alguna cifra en su casillero personal. 3 por su 13; hay que arañar como sea…
Primer
pódium para Maverick. Volviendo al paralelismo astral, brillo especial el
que se veía en los ojos del piloto de Suzuki, nueva estrella del campeonato
interestelar de Moto GP, que ya fue avistada desde el comienzo del certamen y
que por fin ha dejado ver su esplendor en forma de pódium. Esperemos que su luz
no se apague como una supernova y siga cosechando nuevos y mejores éxitos. De
la posición final de su órbita dependen otros astros de la categoría; que buen
lío mediático tienen montado, que llegan a ocupar más espacio de interés que
las propias carreras.
Supersónico
Lorenzo Que continúa empeñado en abandonar esa atmósfera terrestre y poner espacio de por medio entre sus mas que probables perseguidores en esta carrera espacial, Valentino Rossi y Marc Márquez. Me
gustaría que se pudiera pegar a la estela de éstos Dani Pedrosa, al que su
cuarta posición en la general me temo que no le hace valedor real de dicho
emplazamiento -¡cuidao!-, no por su gran talento como piloto, sino por la
fatalidad de otros muchos que no han podido acabar alguna carrera cuando se
encontraban delante de él. Y Dani desgraciadamente lo sabe. Igual necesita
conocer cuanto antes su nuevo posicionamiento orbital muy próximo, según
algunos chic@s de la prensa exclusivista, al de Mack. Soy de los que piensan
que un cambio de aires a Yamaha le vendría bien para volver a coger confianza
en su pilotaje. Pero es solo una opinión que queda lejos de ser la causa real
de su bajo rendimiento y la razón para terminar de rematar ese mundial de MGP
que no acaba de alcanzar. Insisto que para mi continúa siendo el Cuarto
Magnifico.
Hijos
de una galaxia menor pero no en importancia, fueron las categorías de Moto
3 y Moto 2. La primera de la mañana parecía que iba camino de convertirse en la
categoría de los justos si Jorge Navarro hubiese obtenido su primera victoria
pero, parece que, de momento, esa posición se le resiste al piloto valenciano
que, más temprano que tarde, puede lograrla si consigue echarle una pizca de
agresividad para poder rematar cada final en grupo. Su paisano Canet ya
comienza a probar lo divertidas que pueden resultar las carreras en el grupo de
cabeza, y no tardará en demostrar el talento con el que están dotados los
nacidos en la cuna del gran Ricardo Tormo. El bajo rendimiento de Mir estas
últimas carreras me está sorprendiendo, pero es que el nivel de pilotaje de
esta categoría es tan sumamente parecido, que les separan pequeños detalles que
se hacen grandes a la vista de cualquier espectador, pero que pilotando en
pista es solo una cuestión de algunas decimas. Binder ha sido el único en
repetir victoria, por lo que le hace ser acreedor del galardón a favorito del
grupo para conseguir su primer mundial.
Un fin de semana muy parecido al de Brad fue
el que tuvo Rins, que pudo mantener a raya al grupo de cabeza formado por
cuatro pilotos –por fin pudimos ver algo de pelea-, logrando despegarse al
final de todos ellos y aguantar un ritmo lo suficientemente alto para que
Simone Corsi no le arruinase esa victoria que le hace ser de nuevo referente en
la categoría. Todo lo contrario que a Johan Zarco, que no logró ser profeta en
su tierra al irse por los suelos cuando se encontraba remontando posiciones
bastante retrasadas. El hecho de continuar en carrera, fue tirando más de
orgullo delante de sus paisanos, que de fe por conseguir sumar algún punto, ya
que solo pudo entrar el 24 sin opción a puntuar. Lo vuelvo a repetir: veo
complicado que pueda revalidar titulo.
Y si has sido capaz de llegar hasta aquí aguantando
mi chapa –cosa que te agradezco infinitamente-, no quiero despedirme sin volver
a la categoría reina y hacer una breve mención a los pitos que una vez mas
volvieron a aflorar con fuerza en Le Mans dirigidos contra Lorenzo y Marquez
sobre todo. Ya sabemos quién y de que manera puede terminar con esta
situación tan incómoda, fea y de tan mala educación… que no de libertad de
expresión como algunos han intentado justificar. Para todos ellos me quedo con
la frase que en su día escribiría el mas universal e ilustre de nuestros escritores
en boca del Quijote: “Ladran, luego cabalgamos”. O aplicando el símil que nos ocupa, por mi que
se pierdan en un agujero negro.
Estaremos atentos desde mi ventana del salón.
Las opiniones expresadas en esta entrada son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista del resto de personas que visiten este blog. Gracias por perder un momento de tu tiempo en leerlo o por dejar tu comentario.
MIGUEL A. EGUÍA.
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